MODELO EDUCATIVO PARA EL SIGLO XXI : formación y desarrollo de competencias profesionales
Este modelo surge en respuesta del SNIT (Sistema Nacional de Institutos Tecnológicos) a las circunstancias del mundo actual,
en donde las actividades económicas, sociales, políticas y culturales se ven acotadas
de manera significativa por la globalización; contexto, éste, en el que la propia
educación afronta la cambiante era de las nuevas tecnologías de la información y
la comunicación, y el acelerado desarrollo del conocimiento científico y tecnológico. Desemboca en el Sistema Nacional de Institutos tecnológicos, quienes orientan su proceso educativo a la formación de profesionales que impulsen la actividad productiva en cada región del país, la investigación científica.
El Modelo es una representación de lo real, porque se nutre de las experiencias
docentes y administrativas que ya forman parte de la historia y la vida institucional
del Sistema; de lo deseable, porque incorpora las aspiraciones y anhelos de transformación
de la sociedad mexicana actual, los retos y desafíos.
1. Tipo de Hombre que se pretende formar.
Formar profesionistas con cualidades académicas, con el manejo y la aplicación de conocimientos formales, aplicando estrategias de acción, dando solución a problemas reales. Con capacidad de decidir, actuar de forma eficiente, oportuna y ética en toda situación.
2.- Contenidos curriculares que se manejan.
En el cual se delinean, por una parte, los planes y los
programas de estudio como estructuras que articulan las relaciones lógicoepistemológicas
entre los contenidos, las necesidades y exigencias sociales
y el plano psicopedagógico; y, por otra, la interconexión y el quehacer de
las academias, en cuanto agentes que instituyen, dan vida y activan los dos
planos anteriores.
Esto es, los programas de estudio incorporan contenidos de carácter
conceptual, procedimental y actitudinal vigentes, pertinentes y oportunos,
coherentemente amalgamados, con el fin de que el quehacer didáctico se enriquezca
y se logren resultados sinérgicos, es decir, donde el todo es más que la
suma de sus partes.
3. Relación entre el docente y alumno.
En el proceso educativo-formativo se gesta y ocurre una acción recíproca
básica (interacción) entre dos sujetos: el estudiante y el docente; son sujetos
biopsicosociales que llevan impresa una formación antecedente, un carácter
histórico, y son actores y participantes de y en su sociedad y su tiempo, lo que
incidirá decisivamente en el saber ser de cada uno en su interacción. A este tipo
de intercambio de conocimientos, experiencias y actitudes que se establece entre
ambos, en el ámbito académico, se denomina relación didáctica y es concreta,
compleja y continua en su duración. En este trayecto compartido, el docente diseña,
aplica y evalúa estrategias didácticas de manera informada, crítica y consciente;
mientras que el estudiante, como profesional en etapa de formación, desempeña
su actividad académica de manera activa, colaborativa, analítica y crítica, para
desarrollar las competencias profesionales establecidas en el perfil de egreso de
su carrera.
4. Metodología empleada en el modelo.
Componentes imprescindibles de este proceso son el pensamiento y el
lenguaje, que además de ser los medios de expresión del intelecto, son mecanismos
de simbolización que hacen posibles la interiorización y abstracción de experiencias
concretas resultantes de la interacción del individuo con el objeto de conocimiento.
Se concibe el aprendizaje como un proceso espiral –es decir, en evolución y complejidad
ascendente– de carácter sociocultural y psicológico, cuya gestación y
desarrollo esenciales requieren del quehacer intelectual, pues de éste depende la
incorporación cognitiva de elementos de la realidad, la creación y transformación
figurada y real de estructuras y esquemas de pensamiento y acción, llevados de un
grado a otro en esa espiral, para la construcción y sistematización del conocimiento.
5. Tipo de evaluación que se realiza.
La evaluación es un proceso integral, continuo y sistemático que recaba, analiza
y emplea información cualitativa y cuantitativa para dar cuenta de la formación y
desarrollo de competencias profesionales, así como para determinar las actividades
de enseñanza y de aprendizaje en correspondencia con las estrategias didácticas. Se
lleva a cabo en diferentes momentos, con distintas intenciones y utilizando diversas
estrategias, con base en criterios y evidencias previamente definidos; es decir, a
partir de establecer las evidencias de las competencias, se diseñan y organizan
las estrategias de enseñanza y aprendizaje. Los criterios y sistema de evaluación
deben ser dados a conocer a los estudiantes al inicio del curso.
a) Evaluación diagnóstica
b) Evaluación Formativa
c) Evaluación sumativa

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